JUAN PAEZ. ( El niño Crucificado )
Esta leyenda ocurre a principios del siglo XVIII en la ciudad de Cádiz.
Juan Paez, un niño de tan solo 5 años, que ya casi nadie recuerda. Por peculiares que os parezcan los hechos que relatare a continuación son totalmente ciertos , por extraño que nos parezca y aunque se aleje de toda lógica. ¿Cuantas cosas pasan hoy en día imposibles de explicar? Mas de las que creemos y de las que llegan a nuestros oídos.
Transcurría un caluroso verano del año 1.708 en Cadiz. Una tarde el niño Juan Páez , el cual dije anteriormente tenia 5 años, sale de su casa en la Plaza de San Juan de Dios. Pasado un rato y llegada la hora de que el pequeño estuviera de regreso a casa, su madre Magia de los Rios, sale a buscarlo a la calle.
Recorre todos los rincones a donde el niño suele ir a jugar, visita la casa de sus amigos sin obtener respuesta del paradero del pequeño. Cada vez mas asustada y nerviosa empieza a preguntarle a todo al que se cruzaba si habían visto al niño. Nada, nadie lo había visto. Se corrieron las voces de que el pequeño había desaparecido y todas las familias del barrio ayudaron en su búsqueda. Rastrearon palmo a palmo la ciudad, a ambos lados de las murallas. Tanto revuelo ocasionó que llegó a oídos del Corregidor y este afanado en ayudar puso a todos sus hombres a buscar a Juan. Buscaron y buscaron pero no lo encontraron y así durante días
A finales de agosto cuando nadie esperaba volverlo a ver, apareció por la C/ Soto, muy cercana a su casa. Su aspecto era lamentable y no era capaz de articular palabra alguna. En la espalda tenia numerosas llagas las cuales revelaban que había sido flagelado y sus manos y pies tenían heridas hondas tales que parecia que habían taladrado su piel. Claramente eran estigmas, parecía que había sido crucificado. Lo peor es que de su pene colgaba un trozo de piel, como si en algún momento unas manos torpes hubieran intentado circuncidarlo.
Fue ingresado en el hospital San Juan de Dios , todos los sanitarios le preguntaron que le había pasado y quien le había echo esa atrocidad.Pero seguía sin articular palabra. Mucha gente pensaba que se trataba de un ritual macabro de algun perturbado. Sospechaban de un hombre muy huraño e introvertido que vivía por la zona, Joan LareubRius, pero no pudo ser interrogado porque apareció ahorcado días después.
A principios de septiembre concretamente el 6 , tras pocos días desde su aparición Juan exhaló el ultimo aliento de vida y lo mas increíble: sus brazos se extendieron y un pie se puso encima de otro simulando una Cruz. Algunos decían que era una recompensa divina por los días de calvario a los que se habría visto sometido durante su desaparición. No hubo forma de conseguir cambiar la forma del cuerpo y tuvieron que fabricar un ataúd en forma de cruz para él. Gente de todos los lugares acudieron así entierro dado a la peculiaridad de los hechos y le fue dada santa sepultura en la Catedral. La Iglesia proclamó al niño mártir y el cuerpo fue reclamado como reliquia, de la cual no se sabe su paradero.
A día de hoy hay una casa con el nombre de Juan Páez en la calle Obispo Urquinaona lo que no se es si sus habitantes conocen la historia del pequeño. Juan Páez, el niño crucificado, el niño mártir.
Esta leyenda ocurre a principios del siglo XVIII en la ciudad de Cádiz.
Juan Paez, un niño de tan solo 5 años, que ya casi nadie recuerda. Por peculiares que os parezcan los hechos que relatare a continuación son totalmente ciertos , por extraño que nos parezca y aunque se aleje de toda lógica. ¿Cuantas cosas pasan hoy en día imposibles de explicar? Mas de las que creemos y de las que llegan a nuestros oídos.
Transcurría un caluroso verano del año 1.708 en Cadiz. Una tarde el niño Juan Páez , el cual dije anteriormente tenia 5 años, sale de su casa en la Plaza de San Juan de Dios. Pasado un rato y llegada la hora de que el pequeño estuviera de regreso a casa, su madre Magia de los Rios, sale a buscarlo a la calle.
Recorre todos los rincones a donde el niño suele ir a jugar, visita la casa de sus amigos sin obtener respuesta del paradero del pequeño. Cada vez mas asustada y nerviosa empieza a preguntarle a todo al que se cruzaba si habían visto al niño. Nada, nadie lo había visto. Se corrieron las voces de que el pequeño había desaparecido y todas las familias del barrio ayudaron en su búsqueda. Rastrearon palmo a palmo la ciudad, a ambos lados de las murallas. Tanto revuelo ocasionó que llegó a oídos del Corregidor y este afanado en ayudar puso a todos sus hombres a buscar a Juan. Buscaron y buscaron pero no lo encontraron y así durante días
A finales de agosto cuando nadie esperaba volverlo a ver, apareció por la C/ Soto, muy cercana a su casa. Su aspecto era lamentable y no era capaz de articular palabra alguna. En la espalda tenia numerosas llagas las cuales revelaban que había sido flagelado y sus manos y pies tenían heridas hondas tales que parecia que habían taladrado su piel. Claramente eran estigmas, parecía que había sido crucificado. Lo peor es que de su pene colgaba un trozo de piel, como si en algún momento unas manos torpes hubieran intentado circuncidarlo.
Fue ingresado en el hospital San Juan de Dios , todos los sanitarios le preguntaron que le había pasado y quien le había echo esa atrocidad.Pero seguía sin articular palabra. Mucha gente pensaba que se trataba de un ritual macabro de algun perturbado. Sospechaban de un hombre muy huraño e introvertido que vivía por la zona, Joan LareubRius, pero no pudo ser interrogado porque apareció ahorcado días después.
A principios de septiembre concretamente el 6 , tras pocos días desde su aparición Juan exhaló el ultimo aliento de vida y lo mas increíble: sus brazos se extendieron y un pie se puso encima de otro simulando una Cruz. Algunos decían que era una recompensa divina por los días de calvario a los que se habría visto sometido durante su desaparición. No hubo forma de conseguir cambiar la forma del cuerpo y tuvieron que fabricar un ataúd en forma de cruz para él. Gente de todos los lugares acudieron así entierro dado a la peculiaridad de los hechos y le fue dada santa sepultura en la Catedral. La Iglesia proclamó al niño mártir y el cuerpo fue reclamado como reliquia, de la cual no se sabe su paradero.
A día de hoy hay una casa con el nombre de Juan Páez en la calle Obispo Urquinaona lo que no se es si sus habitantes conocen la historia del pequeño. Juan Páez, el niño crucificado, el niño mártir.
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